Lo razonable #quédenseencasa. Lo trasmitido… #nosequejen, #nosemuevan #pensarenpositivo. Estamos en #estadodealarma #guerracoronavirus, #confinadosencasa …
Un poema de Chuya Nakahara dice “Por tanto tiempo, nos hemos olvidado de llorar”, y en el libro “Acerca de la historia del llanto” su autor, Kunio Yanagita” señala “Alguien llora. Es notable lo inusual que es esto en los tiempos recientes” los dos contemplan la desaparición del llanto. Los niños lloran siempre que le pasa algo desagradable, por esto y por lo otro, pero no está bien visto que los mayores lloren, es irritante para los de alrededor, es un fenómeno que indica debilidad y sensiblería, no apta para los tiempos que corren.
A decir verdad, si las cosas fueran como antes no habría motivos para promover el llanto, pero con este panorama, sólo me queda llorar. Los políticos no lloran porqué son hábiles oradores, y ¿ los demás qué hacemos? Mil emociones confluyen en nuestro interior, hemos perdido el control de nuestro avance, sólo nos toca esperar órdenes, mientras dejamos pasar el presente a la espera del futuro.
Yo que soy muy bien “mandá”, ahora me cuestiono quién nos manda, quién decide y ordena lo que debemos hacer, quién elige quien sale y quién no, quién cobra esto y quién lo otro, como se reparte esto y aquello, no debéis hablar de esto y si de esto otro, se celebra esto y esto no…sólo me queda llorar.
Yo que suelo pensar en positivo, ahora me cuestiono quién domina mis pensamientos y ordena callar u opinar, definir qué si dices esto vas con ellos, y si no lo dices eres de los nuestros. Quién diseña que el presente debemos verlo como una oportunidad de ser mejores, ordenando que de esto sólo saldrán cosas buenas y positivas, cuando se pierde el trabajo, familiares, amigos y tantas cosas que nunca se recuperarán… sólo me queda llorar.
Yo soy activa, pero, de dónde sale ese empeño de entrenar entre cuatro paredes, con una nueva opción de encajamiento físico; y mientras, no paramos de hacer limpieza, comidas, organización, los deberes, las actividades manuales, la plancha, la higiene de los niños, los papeles del IVA, la gestión con los chats del colegio, de los padres del colegio, de los amigos de trabajo, de los amigos del pasado…sólo me queda llorar.
Ni llorar, ni lamentarse. El lamento es, aún, más feo, es un llanto con representación. La tendencia igualitaria reclama no mostrar el llanto, únicamente se tolera, con ternura, el llanto de los niños y el llanto femenino por su estigmatizada sensiblería, a pesar de ser una excelente muestra de sinceridad que simpatiza con la dimensión espiritual.
Parece que es el tiempo de sacar la fortaleza, remar en el mismo barco, ser civilizados y cumplir. Aunque el ajuste social recuerde que ya no hay lugar para este comportamiento, sigo esperando para cuándo una quedada de llantos y lamentos en los balcones que nos dejen expresar lo que llevamos dentro… A riesgo de deshumanizarnos, deberíamos elevaros a un grado superior y junto a las mil emociones ¡sollozar sin control!
En consecuencia, lloren o no lloren, no nos engañemos, el panorama es para llorar y no parar.
TEXTO y FOTO: ®️Almudena López
#QUEDATENCASA