El judo se propagó en España, en la década de los cincuenta a través del periodismo escrito. Aunque este medio de comunicación es el más antiguo y logró ser el medio más respetado e influyente, hoy en día nos parece impensable que durante muchos años se tratara de vender que se podía aprender judo, únicamente, por medio de la lectura. El judo afrontaba el reto de extenderse fuera de los ejércitos y llegar a todos los ciudadanos, eso motivo la oportunidad comercial de presentarlo como un método de enseñanza de autodefensa por correspondencia “un método original y muy práctico”.

En los sesenta, a pesar que ya estaba en marcha la federación propia, también se publicitó como una propuesta para la formación de los niños, donde se puede lograr “salud, fuerza, alegría y seguridad”.

En esos años esos años no se encuentran motivos para considerarlo un deporte, más bien como un método de autodefensa. La publicidad difunde frases como “Conociendo esta técnica se sentirá seguro de sí mismo”