LA VETERANÍA ES MÁS QUE UN GRADO EN JUDO

 
Para los amantes de Judo, hablar de veteranos despierta cierta melancolía. Aunque no siempre existe debidamente deferencia hacia estos encuentros, que debieran ser bien recibidos por lo que buscan honrar. Los Masters ofrecen tanto espectáculo como cualquier otra categoría, sin necesidad de tanta fuerza, ni tanta velocidad, compensado con un gran potencial de emoción.
 
En busca de esplendores secretos, en esta época, se entrelazan la técnica y la experiencia, pilares que enraízan perfectamente con las buenas razones para inscribirse. Esta competición cautiva. Posibilita recreación por la amplia participación de competidores que son conocidos como los “de toda la vida”.
 
En la ocasión, los entrenadores tratan de volver a posicionarse en el otro lugar, aquel que se marchó con el paso natural del tiempo, y tímidamente retoma a la antigua posición. Con la pugna, renace la oportunidad de regresar al momento que como principiante conmovía, y ahora serena.
 
Competir con la mochila de años, no sólo amplia el entretenimiento, también colabora con la práctica del judo, extendiendo el campo de acción a la madurez, apreciando los hechos con soberanía. Además, el caudal digital ofrece la ventaja de servir “Judo de competición” ejemplarizado desde la cátedra, convirtiéndose el certamen en un regalo del maestro a los alumnos.
 
La veteranía no elimina el miedo lo convierte en porqués, y por qué no. Y con esa demostración, la audiencia contempla a los que están y recuerda a los que se fueron, mientras tanto, se disfruta la técnica y no se avista tanta estrategia.
 
El austero aspirante no ambiciona, cavila …¿Quién sabe lo que es capaz de aprender tu adversario? La derrota da más lección de autocrítica que de excusas. Es así, la prórroga temporal goza de esa ventaja.
 
 
 
Almudena López y Beatriz Martín en el Cto. de España de Veteranos celebrado en Córdoba.

Pies descalzos, manos vacías, ropa cómoda y la posibilidad de desempeñar una maniobra con aquella maestría alcanzada con la fuerza mantenida. Ineludible una sonrisa, se gane o pierda. Perder abre otra ocasión de mejora, y eso siempre es bueno, en este periodo de cultivo.

Los Veteranos pulen la técnica desde todos los puntos de vista. Desplazar, desequilibrar, preparar y “Kake”, con todo el cóctel, una buena proyección. Tiran y caen mucho mejor y eso agracia la espectacularidad de la actuación deportiva.

Si por la mente competidora pasa el peso de la responsabilidad del patrocinio y la obligación, por la de los veteranos sólo el apostolado regala ventajas. Será eso el motivo de felicidad que envuelve la expresión de los competidores, dentro o fuera del podio.

Del mismo modo, la competición por equipos enaltece mayormente, si cabe, el espíritu deportivo, elevando el principio básico del “progreso mutuo” para conseguir un objetivo común.

En este caso, la manida frase que resalta al Judo como: “una forma de vida”, cobra magnitud, al demostrar que un buen judoka nunca se retira, y encuentra ese efecto de poderío mágico que produce enfundarse el “judogi”.

Por algo será.

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TEXTO: Almudena López.

FOTO: Gonzalo Pérez    

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Beatriz Martín, maestro Young Lee y Almudena López en Cto. del Mundo de Málaga.

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