JUDO Y JU JUTSU

Foto cedida porComisión Gestora Judo Barcelona
FUENTE: Diario Blanco y Negro. 10/07/1910. P.21.

En tiempos feudales, en Japón era frecuente el ejercicio de lucha cada uno por su cuenta, con lanzas, espadas, arcos y flechas, como métodos de defensa militar. Con el tiempo, las prácticas fueron progresando de forma gradual, con nuevas escuelas como “Ju-Jutsu”, “Taijutsu”, “Yawara” o “Torite” convirtiéndose en programas dirigidos sobre estas formas de enfrentamiento utilizadas por los samuráis japoneses para derrotar al enemigo.

El judo se apoya en el viejo arte de combate de “lucha sin armas” llamado Ju Jutsu. El judo maniobró en contra de la instrucción de Ju Jutsu suprimiendo la finalidad de TRIUNFAR POR ENCIMA DE TODO. La base del antiguo arte eran combates bruscos con movimientos mecánicos aplicados preferentemente con la fuerza. La lucha marcaba una serie de ejercicios y proyecciones, dirigidas a someter al adversario por la vía más rápida, haciendo uso de la inercia y el impulso de su propio peso.

En los primeros tiempos, cuando el fundador del judo, Jigoro Kano, estaba intentando encajar su diseño en la sociedad, se creyó que el JUDO era una desviación Ju Jutsu, una escuela más, caracterizada por realizar esta lucha de una forma más suave que, además, aceptaba a las mujeres.

Aclaremos las dos disciplinas por partes:

El Ju Jutsu se estableció en la época de los samuráis como una forma enérgica de lucha sin armas, originada en un periodo de gran inestabilidad y continuas guerras de poder, por lo que el objetivo principal de este método técnico fue controlar al enemigo en situaciones que no se llevaba armas. Por otro lado, la acción básica del Ju Jutsu coincide con el JUDO, en su principio de «derrotar a la fuerza a través de la flexibilidad», sin embargo, su metodología no cuida el daño que puede producir al adversario, por lo que se admite acciones tales como “proyecciones, golpes con puños y pies, puñaladas, cortes, estrangulaciones, controles del adversario, luxaciones de brazos y piernas para causarle dolor o incluso una fractura, así como una gran variedad de técnicas de defensa contra estos ataques”.

Jigoro Kano compuso el JUDO como un método de lucha restructurado del Ju Jutsu. Su andadura comienza a partir de su formación en la escuela de Ju Jutsu del maestro Hachinosuke Fukuda, atraído por la mejora sobre su débil constitución física a través de esta práctica. Este aprendizaje le lleva a descubrir las grandes posibilidades que ofrece esta lucha en el fortalecimiento de la persona. Ese hallazgo le hace desarrollar una trasformación del Ju Jutsu hacia un procedimiento de desarrollo educativo, fusionado en la cultura japonesa. De esta forma prospera sus pasiones: el desarrollo como docente, y así configura del judo actual, como método de educación física, y su compromiso patriotico, promoviendo una cultura que estaba perdiendo valor, a través un método deportivo que logra promocionar la cultura japonesa por todo el mundo.

La propagación del judo favoreció la apertura de Japón en ambos sentidos, aunque las primeras exposiciones al mundo occidental, se cuenta que fueron los luchadores de Ju Jutsu, a través de exhibiciones de lucha entre los luchadores japoneses con los nativos más atrevidos de la nación que convocaba el espectáculo en circos y coliseos. Tengan en cuenta que, en esos años, Japón albergaba la restauración Meiji basada en una modernización y occidentalización para erigir al país del sol naciente, en pro de crear una potencia mundial después de los años vividos de espaldas a occidente.

Con ese panorama, Jigoro Kano supo ajustar las necesidades personales como formador, con la tendencia japonesa del momento, y de esta forma, arranca un nuevo sistema teórico y técnico que trasforma un arte marcial de tradición ancestral japonesa en un arte ajustado a las tendencias modernas de la época, donde estaba en boga destacar el bienestar y la salud, como una acción holística enfocada en el desarrollo de la mente y del cuerpo.

Vuelvo a insistir, en los años de transición entre el Ju Jutsu y el JUDO, en Japón, se llamó JUDO al Ju Jutsu que practicaban las mujeres, siendo eso un signo de oposición del JUDO sobre el Ju Jutsu más identificado con la fortaleza masculina, por considerar que se perdía los valores de los guerreros japoneses, y se desvirtuaba hacia otras valías que se asignaban a las mujeres.

Hoy, todavía se etiqueta lo que es adecuado para cada género, yo espero que la buena información avance hacía un conocimiento adecuado que ayude a no estigmatizar las acciones, y acepte que las iniciativas son exclusivamente decisiones personales.

Texto: ®Almudena López

Este texto se ha adaptado sobre un capítulo de la tesis doctoral de la Doctora Almudena López Chaves, en la universidad Complutense de Madrid llamada “El tratamiento del judo femenino en la prensa española 1972-2012”.

Imagen de el luchador japones de Ju Jutsu y la cupletista española “la chelito” (1907) cedida por el maestro de judo español Ramón Díaz Quero y Comisión Gestora Judo Barcelona. Según sus datos fue recuperada de una exposición que se hizo en Barcelona sobre el Paralelo.

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