JEAN KANOKOGI la hija de Rusty

Cuando se cumplen 40 años de la celebración del Primer Campeonato Mundial Femenino celebrado en el Madison Square Garden en noviembre del año 1980, la Federación Internacional de Judo (IJF) y USA Judo, junto a su hija Jean Kanokogi, han organizado un homenaje a Rusty, la judoka que trabajó para lograr los derechos que no disfrutaban las mujeres en la competición.

Jean Kanokogi.

Su sucesora cumple la promesa que le dió a su madre, y difunde aquella historia, con el convencimiento que aquellas primeras luchas favorecieron al desarrollo del judo femenino y a lo que es hoy en díaJean Kanokogi acepta contarnos la mirada de Rusty desde su sentimiento interno.  

“Echo de menos a mi madre, cualquier cosa me recuerda a ella” y añade » eso me obliga a continuar el ejercicio y la aplicación de la justica que ella me enseñó»

“LA MADRE DEL JUDO”

Rena Glickman

Apodada RUSTY, por decisión personal, y KANOKOGI por sus nupcias.

  LA HISTORIA DE RUSTY KANOKOGI

Todo comenzó en el año 1959 en Nueva York, cuando Rusty Kanokogi compitió en el Campeonato de Judo de la YMCA en Utica, Nueva York, en el tiempo donde las mujeres estaban excluidas de las competiciones oficiales. Ella decidió acompañar a su equipo como reserva, ya que no había ningún lugar en la solicitud del torneo dónde se preguntara el género, aunque ninguna mujer lo había intentado hasta ese momento. Por eso, Rusty sabía que tenía que pasar desapercibida, se cortó el pelo y se vendó el pecho con cinta adhesiva para acompañar a su equipo. El destino le dio la oportunidad para salir a competir, porque un componente de su equipo se lesionó, y gracias a su victoria, ganaron el torneo. El revés lo encontró cuando en la entrega de recompensas, alguien de la organización le preguntó si era mujer, a lo que ella asintió con la cabeza, y la despojaron de su medalla, mientras sus compañeros recibían los honores logrados.

Cuando le quitaron la medalla, decidió que eso no le volvería a pasar a otra mujer y luchará por la igualdad. Desde ese momento se vio como la justiciera del judo femenino, para conseguir el respeto y la justicia con severidad y rigor. Y con este propósito en 1980 consiguió celebrar el primer campeonato mundial de judo femenino fue posible gracias a su generosidad, ella hipotecó su casa para financiar su sueño.

Nueva York fue la ciudad que ilumino la sombra que hasta el momento limitaba a las mujeres que adoraban competir y vencer como la gran mayoría. Se permitía competir, pero no se encontraban razones para organizar e instaurar oficialmente el campeonato mundial femenino. su voluntad fue conseguir que todas las personas tuvieran las mismas oportunidades competitivas.

 En 2009, después de numerosas llamadas telefónicas y peticiones, la YMCA le devolvió su metal, 50 años después.

Diario EL PAÍS, 12 de diciembre del 2009.Pág. 80.

 

Rusty nos dejó hace once años, después de atravesar una dura lucha con el cáncer. La imposibilidad nos lleva al placer de conocer a su progenitora Jean Kanokogi otra gran mujer.

 

ENTREVISTA A JEAN KANOKOGI  

Jean Kanokogi

Jean Kanokogi es un placer conocerla, y que nos permita realizar esta entrevista, que busca encontrar un enfoque distinto sobre la historia de Rusty,  una visión intima entre madre e hija, que hasta el momento es desconocida por la comunidad deportiva del judo mundial.

Gracias.

A su madre la conocemos como una mujer generosa y justiciera que persiguió la igualdad de género en el deporte, y ahora, usted sigue esa senda… Cuéntenos en qué consiste su trabajo.

JEAN KANOKOGI- Soy psicóloga, investigadora y asesora de la policía de los Estados Unidos graduada en Federal Law Enforcement Academy del CIT Training Institute of the New York State PoliceComo experta en la materia dirijo la investigación en la detección de engaños mediante trabajos con entrevistas cognitivas, construcción de relaciones, metodologías de programas detección e interrogatorios ofreciendo estrategias ofensivas y defensivas sobre la seguridad en el uso de armas de fuego.

-Es una dedicación muy intensa, pero ¿Qué papel juega el judo en su vida?

JK – Sinceramente, para mí el judo es una necesidad. Actualmente soy instructora de judo, cinturón negro, quinto dan. Antes, fui miembro del Equipo Nacional en los Estados Unidos, con medallas en muchas competiciones internacionales, ahora soy una entrenadora reconocida y respetada. A mi trabajo profesional le añado una tarea filantrópica, ayudando a jóvenes de alto riesgo de exclusión social. Asesoro al comité de evaluación de becas “Rusty Kanokogi” de la Fundación de Deportes de Mujeres.

-Su madre estuvo dispuesta a todo por el judo. Hay que tener un corazón bueno para aportar sus bienes personales, a fin de obtener los recursos necesarios para la celebración del Primer Campeonato del Mundo de Judo Femenino. ¿Qué nos puede contar?

JK-Ella no pudo desarrollar una carrera competitiva como le hubiera gustado, pero lucho en los despachos oficiales para conseguir que el judo femenino fuera olímpico. Y, cuando lo consiguió, fue la entrenadora del equipo olímpico estadounidense en Seoul 88, en el comienzo como deporte de exhibición. En ese instante, se hizo realidad su sueño. Ella ha contribuido al aumento de mujeres practicantes de judo en el mundo. Cada vez que veo a una mujer competir, sé que se debe eso al propósito de Rusty.

-¿El judo mundial conoce la historia de Rusty?

JK-Este año en noviembre, la Federación Internacional de Judo y USA Judo celebrarán el «40 aniversario del Primer Campeonato Mundial Femenino», y eso ayudará a dar a conocer su historia. Siento que ella no lo pueda disfrutar de este evento, pero me consuela que se le reconozca, y se celebre su dura lucha y el esfuerzo que toda una vida dedicada al judo. Además, sirve para continuar la defensa que ella inició para lograr la igualdad de género en el judo.

-La trayectoria de Rusty fue difícil, y su actitud fue ejemplar. ¿Sus reconocimientos llegan tarde?

JK-Creo que es maravilloso que haya sido reconocida e incluida en el salón de la fama de la IJF como la primera mujer estadounidense, aunque desearía que ella hubiera vivido este reconocimiento. Aunque, estoy satisfecha de que recibiera de la YMCA la medalla arrebatada injustamente hace 50 años, eso fue una manera de compensar y eximir aquel hecho. Considero que la dejo en paz.

-¿Cómo se propone mantener la misión de tu madre?

 JK-Por supuesto, quiero continuar su camino con la intención de asegurar la igualdad en el judo y en la vida. Por ahora, estoy escribiendo sus memorias, «Get up & Fight: The memoir of Rusty Kanokogi». Es su historia contada en primera persona. Es un proyecto que empezamos las dos, trabajamos mucho en sus últimos años de vida. El libro estará disponible para la preventa a finales de este año 2020, y expondrá toda la trayectoria de su vida, con lindas historias entre bastidores, de cómo evolucionó Rusty hasta convertirse en la madre del judo femenino.

También estoy colaborando estrechamente con la IJF y la comunidad de judo en EE. UU. Para celebrar a lo grande el 40 aniversario del primer campeonato mundial celebrado en 1980 en Nueva York, porque aquel torneo fue el gran trampolín para que el judo femenino se incluyera oficialmente en los Juegos Olímpicos.

-Hace un tiempo, los deportes para las mujeres no estaban bien vistos, pero aún más el judo por su condición como deporte de contacto. ¿Por qué su madre lo eligió?

JK- Sin duda, ella fue valiente. En 1954, con 19 años, un amigo le mostró una técnica de judo que él conocía, y eso fue una revelación para ella. Inmediatamente se interesó por su aprendizaje, con el sentimiento que ese deporte la ayudaría a la calmar y mejorar su autocontrol.

-¿Como entendió Rusty el judo ?

JK-Comprendió el judo como deporte y le cautivó su filosofía. Ella llevó a término los principios originales del judo a su vida diaria, sus acciones representaron la prosperidad a través de los valores, e impulsó su práctica para ayudar a las personas de todas las edades, especialmente a los niños.

RUSTY CON SUS ALUMNOS

-Sus padres se han formado entre culturas diferentes, su madre en el occidente y su padre en oriente ¿Qué diferencias ha sentido entre sus maneras de interpretar el judo?

JK-Cada uno tiene su propio estilo, sus propios lanzamientos favoritos y sus propias formas de abordar las técnicas. Como alumna, tuve la suerte de aprender ambos estilos y los distintos enfoques, ha sido una honor y una fantástica riqueza.

-El judo unió a sus padres, ahora… ¿Cómo vive su padre el Sensei Ryohei Kanokogi?

JK-A mi papá le está yendo bien, todavía está muy involucrado en el judo en el área de Nueva York, doy gracias a Dios, está muy sano y fuerte. Mi padre también es un pionero del judo femenino porque apoyó a Rusty en sus primeras batallas impulsando el judo femenino. Durante la era en la que Rusty se enfrentó a todas las peleas que pudo para hacer avanzar el judo femenino por la igualdad, él la apoyó por completo, aunque, en esos años esa actitud no fuera lo común. Él siempre estuvo a su lado.

-¿Cómo influyó su visita a Japón en la década de los años 60

JK-Rusty fue la primera mujer en entrenar en el lado masculino. Entrenó duro con los hombres. Estoy bastante segura de que gracias a Rusty, las mujeres ahora pueden practicar judo completo en el dojo principal del Kodokan.  

De ese viaje conservó buenos amigos en la Universidad de Tokai, los doctores académicos Matsumae y Yamashita. Estos maestros de judo, siempre apoyaron plenamente los propósitos de mi madre y nos guardamos mucho cariño como nuestra familia de Tokai.

-También, he visto fotos de Rusty con Shihan Keiko Fukuda ¿Puede contarme algo?

No sé mucho, pero recuerdo pero que Rusty tenía un gran respeto por Fukuda Sensei y había una amistad. Se conocieron cuando ambas entrenaron en el Instituto Kodokan, el año 1960. Rusty destacó lo importante que era Kata para Fukuda Shihan y siempre hacía referencia a lo genial que lo realizaba, apuntando que ella era el modelo a seguir para progresar de la práctica de la kata.

-Es cierto que se decidió ir contracorriente en un periodo difícil para las mujeres ¿Encontró alguna ayuda?

JK-Ellá respetó a todas las personas que la ayudaron para reconocer el judo femenino como deporte olímpico. Billie Jean King y Rusty eran buenos amigos, ella le tenía una gran admiración y respeto por este señor, que fundó la Women’s Sports Foundation y luchó constantemente por la igualdad en el deporte. Coincidía exactamente con el objetivo de ella se marcaba en el judo.

-Recuerda si Rusty nombraba diferencias entre el judo y otros deportes.

JK-Rusty vió diferencias leves porque el judo es de contacto total, y esa característica no la tienen otros deportes. Por lo demás, no vio ninguna diferencia en lo que respecta a las valentías y valías reales, ni tampoco en la dureza del entrenamiento y su determinación.

-No debe ser una tarea fácil compaginar el papel de madre- entrenadora, recuerda sus consejos deportivos.

JK- Su consejo para mí, y cualquier atleta, hombre y mujer, era que debíamos sacar lo mejor de uno mismo, lo repetía amenudo, para ella todos teníamos algo especial. Ella respetó enormemente a los que eran capaces de iniciar desafíos. Si tenías suficiente hambre para ganar, entrenarías duro y los resultados se verían.

 -¿Qué cuestiones le preocupaban a ella?

JK-Le preocupó mucho la salvaguardia de los niños y animales. Amaba a los niños por su inocencia, consideraba que los más pequeños necesitan ayuda para defenderse y encontrar su camino. También, amaba y protegía a los animales.Una muestra real es que ella misma se eligió el apodo de “Rusty” en honor a un perro callejero.

-No me imagino cómo sería la mujer fuerte y segura de niña. Nos cuenta algo de su infancia.

JK-Rusty tuvo una infancia muy desafiante y triste, pero su coraje le dio para aprender a levantarse y luchar, a sacar fuerzas para sobrevivir, y a emprender acciones en defensa de los más débiles. Ella siempre supo mantenerse firme por los ideales de vida en los que creía.

Matrimonio Kanokogi

-Su madre es un ejemplo para la comunidad deportiva. ¿cómo le ha marcado a usted como hija?

JK-Rusty como madre, fue dura, pero gracias a ella, y a mi padre, claro está, soy la persona que ves.  Además, sus ejemplos me alientan cada día, y tomo mis iniciativas como nuevas ocasiones, para que ella se sienta orgullosa de mi.

-Para llevar una vida con tanta lucha se necesita mucha dedicación. ¿Cómo era en familia?

JK-Rusty, no era una esposa tradicional para mi padre, fue una mujer con ideas claras, nunca dejo de controlar su destino. Ahora bien, ella también tenía un gran sentido del humor. A veces nos reíamos tanto que me dolía el cuerpo.

En familia disfrutamos, viajamos a lugares divertidos en cuanto podíamos, como una excelente forma de liberación. Su aportación familiar fue muy buena, ella siempre nos animó a sacar nuestro mejor esfuerzo.

-Nómbreme alguno de sus consejos que pueda servir a los lectores de esta entrevista.

JK-Ella siempre repetía… ¡Si te lanzan siete veces, levántate ocho!

Por favor Jean, confiéseme alguna extravagancia de Rusty.

JK- Rusty amaba a Mickey Mouse, adoraba todo el mundo Disney. Siempre se la podía ver usando algo de Disney.

-Su madre nos dejó el año 2009, después de luchar un periodo contra un complicado cáncer  no ha pasado tanto tiempo. Ahora, qué le recuerda a su madre.

JK- En bastantes ocasiones pienso automáticamente en mi madre. Realmente la extraño, y creo que el mundo la extraña. Cuando observo a un joven luchando, decidido a triunfar, y que toma las medidas necesarias para prevalecer, eso me recuerda a mi mamá. 

También, cuando veo a una mujer convertirse en campeona, especialmente en judo, sé que mi madre pavimentó una gran parte de ese camino para que pueda convertirse en campeona, y creo, que su destino cambió por las acciones y el sacrificio de mi madre. 

Además, siempre tengo presente los recuerdos naturales en las cosas que veo o hago, como visitar lugares a los que íbamos juntos a menudo, como la isla Conny o el teatro en Manhattan.  Mi madre y yo solíamos frecuentar, muy a menudo, espectáculos de Broadway y después de asistir al espectáculo nos íbamos de cenar juntas … eran unos momentos maravillosos, .  

Ella permanece para siempre en mi corazón, y es parte de mi alma.

-Su madre necesitó mucho valor para hacer judo en un tiempo muy limitador para las mujeres. ¿Le ha influido en su propia actividad?

JK-Como una reflexión personal, no sólo me viene a la mente mi madre a cada instante, sino que aprovecho la fuerza que ella me mostró, y es por ello, que cuando los tiempos son difíciles o desafiantes, me llega el mensaje que ¡nunca me tengo que rendir!

Rusty era muy poderosa y real, mi propósito es continuar cumpliendo sus objetivos como pueda, ofreciendo mi trabajo para conseguir dar a las personas lo que sea para que lleguen a realizar sus sueños.

 

CLUB DE JUDO KANOKOGI

-Siento en sus palabras aires de bravura y pujanza heredadas de aquella mujer que rompió el techo de cristal del judo femenino mundial, a costa de caer y levantarse. Jean, confíeme alguno de sus secretos.

JK-Jajaja…Conseguí el segundo lugar en el concurso de comer Hot Dog de Nathan’s, Coney Island, Brooklyn, de Nueva York.

WOW….¡Qué grande!!!  Jajaja…Enhorabuena.

Jean un placer, gracias por su atención. Le agradecemos que mantenga el espíritu de su madre con tanto rigor y profesionalidad.

JK- «Almu, Thank you so much and please heal well – we will share Mahou soon!»

Entrevista realizada por ALMUDENA LÓPEZ.

Fotos donadas para esta entrevista por J.Kanokogi, con los derechos del libro «Get up & Fight: The memoir of Rusty Kanokogi”.

The father Ryohei Kanokogi, Jean and your brother Ted.

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