Después del trance sin contacto vivido durante la transmisión del coronavirus. Me cuesta entender ese cambio de dirección desde la unión en los difíciles momentos a lo que hemos llegado en el presente a costa de las elecciones al poder federativo.
Hemos llegado a una época de polarización y crispaciones, mientras abanderamos los mejores valores del deporte. De esta situación asoma cierta ironía.
Las elecciones están generando alianzas de poder, con giros y cambios que nos llevan a la desconfianza, desesperación y al más de lo mismo. Llegamos a un trayecto con poco desarrollo, guiado por dos propuestas que se presentan a base de alianzas entre dinastías y legados, conducidos entre arreglos y promesas.
Esta situación se ha generado sin judo original, con el judo de la importancia, el de las subvenciones, el que destaca, el que olvida a los maestros de base, la vocación y la entrega hacia lo más importante de nuestro judo.
Para ser escuchado, debes pertenecer a la familia influyente del momento, en privilegios y poder, por lo que básicamente se está arrebatando la participación en igualdad.
Unos destacan sus acciones, otros prometen cambios. Sin embargo, esta rigidez de tener que posicionarse en una de las dos opciones, solo amplia la distancia de cada una de las perspectivas, por lo que nada nos hace ver con claridad.
Pactar votos, videos y promesas, es dejar de mirar lo que cada uno lleva dentro del judogi.
Hay desequilibrios en estas dos opciones enfrentadas. Se expone una lucha barnizada de buenas palabras y valores, que contrariamente elimina los principios que nos representan.
El presente presiona a decidir entre uno de los dos bandos, sin que pueda haber otras opciones alternativas que trabajen a su lado.
Todo esto provoca una situación de temor y silencio. Este entorno es la mejor manera de borrar otros relatos verdaderos o sugerencias innovadoras.
Asusta el no vincularse a alguna de ellas. Esta situación extiende el miedo, y produce una autocensura, que frena la expresión libre, relacionada al terror para no recibir obstáculos o limitaciones en el campo profesional.
Esto no tiene nada que ver con lo que somos.
Los que están en posiciones de poder, controlan el estado, incitando a que se expresen las opiniones del poder o a tragar.
Todos ven lo que parece, pero pocos palpan lo que es y esos pocos, no se atreven a oponerse por miedo a salir del grupo, a no pertenecer o perder su estado en la comunidad, donde tienen su trabajo. Declarar opiniones puntuales, puede significar olvido y falta de oportunidades.
Como dicen los filósofos “nos arreglamos mejor con nuestra mala conciencia que con nuestra mala reputación”.
Hay una pérdida progresiva de talentos en la gestión, formación y competición, y una estancada participación desde hace varias décadas. Además, estamos perdiendo a la desesperada la esencia que nos define. ¿Estamos en un callejón sin salida?¿Queremos quedarnos igual? ¿Queremos un cambio? ¿Qué cambio?
Ser judoka, es la alternativa cargada de responsabilidad personal, sin miedos, ni censuras, ni autocensuras, con apertura y sin reclamos políticos, ni tampoco, de relaciones sólidas, duraderas y beneficiosas. Crecimos con propósitos adaptables, inclusivos, saludables, y creemos en el progreso para todos, pensando igual o de forma diferente. No necesitamos estar en un lado, o de otro, para ser judokas.
La forma en que se comporta y aborda este tema en la comunidad de judokas, puede ser más importante que quien gobierne.
No consiste en que unos lleven la voz cantante o que nos den algo para callarnos.
Tenemos que trabajar juntos. Así de simple. No es una opción es una necesidad.
Somos una comunidad con un objetivo común que requiere formación, intención y cuidado. Ahora bien, no confundan la cortesía y el respeto. Necesitamos alineación, no sumisión.
Tanta necesidad de poder nos aleja del camino flexible. No se trata de tener más fuerza y poder, sino de usar la necesaria, en el justo momento, sin llegar a desequilibrios innecesarios.
Y sobre todo, no olvidemos el judo que llevamos en nuestro interior, porque ahí es donde reside el poder y la gloria del judoka.
✍🏻Almudena López
📸Gonzalo Pérez
TIEMPO DE REFLEXIÓN
✍🏻Almudena López