El judo se trenza sobre el detalle. El esmero del ejercicio se cruza con etiqueta, respeto, control, gentileza, cortesía y otras muchas consideraciones hacia los demás, servidas en acciones y palabras. Las acciones se cubren de rutinas tradicionales, delicadas y elegantes para conducir la senda, y las palabras son lo que trasforman en amable, lo violento.
Esa delicada manera de entregarme el cinturón blanco y rojo del maestro Macario García siempre acompaña mi recuerdo.
A.López
El judo tiene infinitos detalles que actúan como herramientas de desarrollo. En el ceremonial abundan los pequeños cumplidos en distintas circunstancias. Estos ponen en valor la importancia de cualquier simplicidad, y por poco útiles que parezcan, son los que construyen la base del todo.
Prestar atención y cuidar la actividad hace parte del florecimiento personal y del grupo. El refrán «el diablo está en los detalles» señala la transcendencia de los sencillos gestos para cambiar el rumbo de los hechos.
La primera labor docente debiera ser la atención y cuidado de los detalles que brotan junto a los primeros aprendizajes, cuando se principian los esfuerzos y deseos inocentes. La importancia técnica deja de tener sentido con inadecuadas maniobras de comportamiento. Es así como la enseñanza gira alrededor de la conciencia latente sobre la lucha y los detalles que la envuelven.
La maestría tiene la misión y responsabilidad de extender el buen proceder con mirada limpia, guiando las trayectorias, puliendo crecimientos y custodiando los valores. Entrenado al detalle se equilibran las emociones, se siembran alegrías y se regula las prácticas deportivas. Por esto, dirigir con tiento produce un ambiente sano de concordia en el tatami.
Detalles, rituales y símbolos se vuelven clave para alcanzar la excelencia personal. Los detalles sobre la forma de estar, colocarse el traje y cinturón, nivelan lo interno y determinan los futuros desenlaces, a la vez que refuerza los argumentos del movimiento. Digamos que una trayectoria detallada dignifica, luce e ilumina el sendero y es vital en el fluir de la acción.
Los detalles fortalecen la base para atender la llegada de las alternativas, estos reciben con paciencia, sosiego y reflexión y obran con flexibilidad hacia la obtención de los objetivos. Las metas son recorridos que no se alcanzan en días, semanas o años, son una continuidad de pasos y regulaciones continuas, que exigen ajustar, enderezar y volver a ajustar, en virtud de facilitar el discernimiento de la técnica ejercitada y madurada, con su sentido detalladamente técnico y ético.
Toda acción se detalla bajo el compromiso y la voluntad. En el combate, el agarre bien puesto, enlaza, la cadera armoniza y el pie acompaña. En el kata, los detalles ordenan, aumentan la belleza y el organizan el sentido. Por lo que ignorar elementos dificulta el eterno camino del perfeccionamiento y su capacidad de interpretar la simplicidad de las derrotas y las gestas.
El modo y la manera de proceder en el judo es libre, aunque… detallar el detalle, asienta el conocimiento, resuelve los propósitos, genera equilibrio y esculpe un corazón acorde a las circunstancias que produce y proporciona prosperidad para todos.
Por lo que, por pequeños que sean los detalles son indispensables, y su estela siempre deja huella.
Texto- @Almudena López
Fotografias -@Gonzalo Perez Mata
