EL RENACIMIENTO DEPORTIVO INFANTIL


Se han abierto las posibilidades de hacer deporte a los adultos, se está considerando el principio de los equipos de futbol profesional, se han liberado los horarios para los deportistas de alto nivel… pero aún no he oído nada sobre el renacimiento deportivo infantil.

De momento los colegios no se abren para mantener la seguridad y se ha propuesto la insensata decisión de volver en septiembre sólo la mitad de niños, elegidos a “pinto, pinto, gorgorito “ y, suspendidas las opciones deportivas extracurriculares que llenan el corazón de los pequeños.

El deporte infantil en estos momentos ni se plantea, es una formación de segundo orden, cuando debiera ir de la mano con el desarrollo intelectual. Los dirigentes, los colegios y la opinión pública lo han dejado a un lado, han fulminado la optimización del desarrollo global. Posiblemente surja un arrepentimiento de esa toma de decisión cuando aparezcan las consecuencias.

La actividad y el juego se consideran dos vertientes inquebrantables de la infancia, lo que lleva a pensar que no es necesario concienciar sobre esta evidencia, en cambio, el presente transita entre juegos en línea imprescindibles para sostener la tranquilidad familiar en este confinamiento.

La insensata decisión gubernamental que nunca ha pisado un campo de juego, es capaz de elegir lo “mejor” para el desarrollo educativo infantil. Los decretos avivan tormentas que puede echar a perder la cosecha del futuro, los insignificantes frutos saludables de esta generación.

¿Qué nos puede llevar al optimismo? cada entrenador tiene su afán como maestro de la vida saludable, cada vocación quiere mantener su compromiso, pero ¿quién defiende está labor? ¿dónde están nuestras insignias? ¿cuál es su papel? Los profesionales sostienen su proyecto docente, revolcándose por sus salones trasmitiendo cariño, mientras cargan con un futuro laboral incierto y apuros personales, y sus cúpulas esperan disciplinariamente las instrucciones para seguir manteniendo sus chiringuitos.

Entre profesores profesionales en el deporte base hay una invencible determinación de luchar implacablemente hasta el final, para recuperar las alegrías, las pujanzas y los bienestares de los olvidados, y tirar del carro cuando sus progenitores les pasen el testigo para sacar adelante sus trabajos.

Mis palabras son una débil luz, que vistas las circunstancias, sabrán entenderlas… Creo que, a la salida del confinamiento los profesores deportivos, serán los protagonistas dañados, pero repletos de bondades para realizar la hazaña de reconducir la perspectiva estática que se ha creado en este periodo, llevando a cabo con creatividad nuevos estímulos que coloreen las vidas infantiles, y rescaten emociones y aprendizajes, a través de sus amados deportes, estimulando con autonomía los crecimientos personales y saludables de la niñez.

TEXTO: Almudena López
FOTO: Gonzalo Pérez

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