Cuento VENCER A PEQUEÑOS PASOS

          El saludo concedía silencio entre el cruce de energías de los aprendices y los veteranos.

          Aquella tarde el muchacho no era capaz de encontrar la tranquilidad en el ritual que daba paso a la clase. Sus pensamientos giraban inquietos sin encontrar la calma. Normalmente miraba al principio de la fila para relajarse, porque desde allí le llegaba serenidad, sosiego y firmeza, desde aquellos que saben transitar entre contratiempos y adversidades cotidianas. 

         La veterana supo identificar su desliz. 

                       – ¿Qué te pasa? Hoy no me llega tu brío y esa jovial energía que me trasmites en la práctica, energía que me empuja, y mantiene, mis ganas de volver al pisar el tatami.  

     El muchacho expiro profundamente y con una voz quebrantada dijo: 

                       – Desde que perdí el campeonato, no consigo fluir en mi entrenamiento, me siento como fuera de ruta.

                       – Si me permites, te diré.

                       – Encantado de recibir tus impresiones. 

                      – El “do” no es una meta, es un camino que nunca termina. El éxito y el fracaso son matices que acontecen y su lectura, tiene que ver con la humildad del corazón. La verdadera victoria es continua, se recoge en pequeñas dosis, cuando eres capaz de sacudir las dificultades y los límites y entregarlo todo. Y esa continuidad consolida el hábito para construir el día a día y el carácter de lo que será tu vida.

      Su mirada descendió y con un hilo de voz susurró:

                   – Tengo malestar cuando no consigo mi propósito a la primera, eso me hace sentirme torpe e ingenuo. 

 

        Ella le sostuvo con un agarre en la manga, y le aclaró:

                  – Para llegar es inevitable errar. Has elegido un deporte de lucha, debes persistir con determinación dando sencillos pasos, sin dejarte enredar por el resultado, el miedo o la ignorancia. Lo importante es perseverar con paciencia enfocando hacía el aprendizaje y la determinación. 

                  El judo es un ejercicio complejo, algo que hace necesario no hacer diferencia entre lo difícil y lo fácil, se trata de prosperar, dando importancia a los detalles, y sentir… avanzar a pequeños pasos, como un aprendizaje continuo. 

                –Y si no te rindes. Estarás entre los mejores.

    El joven levantó su rostro a la vez que el corazón. Y su talante cambió.

    El “Kõhai” agradeció.

               – Gracias. ¡Qué gusto compartir con quién conoce más!

   La “Sempai” agradeció.

              – Gracias. Un placer compartir con quién quiere más.

   El buen judo nace de la colaboración y crecimiento mutuo. 

 

 

TEXTO

270d.pngAlmudena López 

FOTO 

1f4f8.png Gonzalo Pérez 

BLOG: www.judobywoman.com

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