APRENDER PARA ENSEÑAR

 
Llevo 40 años conviviendo con una emoción incontrolada que invade mi interior. En esos 480 meses he tenido que explicar de distintas maneras esta pasión por el judo, y justificar esta práctica de 14.400 días. El paso del tiempo y el aumento de nuevas experiencias, va trasformando mi sentimiento, pero nunca mi dedicación. En esas 345.000 horas he saboreado judo como aprendiz, competidora, maestra, investigadora, madre, periodista y comunicadora… Hasta el momento con una perspectiva de desarrollo personal, que ahora se trasforma en aceptación personal.
 
…30 años como maestra de judo, mi primer y único trabajo, pude convertí mi pasión en mi profesión, y lo entiendo como una fuente de entusiasmo que cultivo cada día. Enseño judo con la misma disposición del primer día, sin perder jamás la sonrisa. Intento trasmitir esta ilusión a mis alumnos, me esfuerzo por cuidar cada detalle con enorme cariño, y de esta manera cumplir perfectamente una tarea humilde, que no demanda gloria, ni reconocimiento.
 
Parece que para algunos este trabajo es una eventualidad, una labor de segunda, pero yo lo tomo con el máximo cuidado, formándome con una especialización extrema, experiencia en alto rendimiento competitivo, asistencia a cursos de expertos, continuas lecturas de enriquecimiento en este arte, participación a competiciones master, incluso un doctorado basado en conocimientos de judo. No encuentro límites, sólo pretendo sacar cada día lo mejor de mí para la enseñanza, lo veo como un acto delicado que necesita amores en la trasmisión porque contribuye al futuro de los estudiantes y eso hace figura al mundo que todos compartimos.
 
La educación es una acción sencilla, a la vez fundamental. Es un compromiso que perdura siempre, por eso, aún desde casa, sin sueldo desde entonces, día tras día pienso en la manera de dar la vuelta a todo esto y seguir enseñando, con nuevas didácticas que sorteen la situación. Aún no sé cómo lograrlo, pero me estoy acercando. Repaso esos años, días y horas de dedicación y esmero prestando atención al mismo detalle, repitiendo los mismos pasos, los mismos desequilibrios, las mismas técnicas, siempre con ganas de conseguir un aprendizaje más fácil, sin nada más que ese simple motivo, mejorar la trasmisión, la comunicación, la educación, adaptándome a los cambios de pensamiento social. Por eso, conozcemos los deslices y crecimientos de esta enseñanza.
 
En algún lugar, hay profesores y entrenadores de judo, con nombre y apellido, con ilusiones ingenuas en acciones insignificantes que han tenido la necesidad personal de esmerarse en ese arte que se les da bien, y además, necesitan trasmitirlo con deleite, como un SIMPLE ACTO DE COMPARTIR TALENTO, entendiendo que ese desarrollo justifica su existencia. Como ejemplo, contabilizo en horas y cuento: 23.464 de experiencia en la docencia, 27.375 de entrenamiento competitivo, 20.150 de investigación, 34.345 de estudio, 345.000 horas de pasión latente en el judo, ese tiempo avala miles de créditos de especialización en cualquier programa académico.
 
 
Se agradece el foro de profesores para exponer el ”JUDO CON SEGURIDAD Y RESPONSABILIDAD” pero se echa en falta a los profesores, protagonistas que no sólo fueron un número de participación sin permiso de palabra. Hace 85 días y 85 noches que llevamos esperando gestiones del Gobierno, de las Instituciones, de los colegios, de los responsables directos y sólo hemos conseguido escuchar el cantineo de: “NO SE SABE NADA” pero “ESTAMOS PENSANDO…SEGUIMOS PENSANDO, ESTAMOS ESPERANDO”. Entre todo esto, aún no he escuchado: “¿QUÉ HARÍAIS VOSOTROS?”Después de tanto tiempo ya hemos pensado lo que hay que hacer, porque nuestro afán es mantener el empeño y la disposición de cuidar cada detalle, y seguimos manteniendo que las pequeñas acciones pueden impulsar los grandes movimientos. Sólo esperamos que se nos dé paso. Dicen que hay tres errores básicos en la vida, querer ser más de lo que somos, querer ser menos y no querer ser.
 
 
Esta circunstancia es una oportunidad para no caer en el apego, ni en la aversión, ni en la indiferencia. Por tanto, debemos aceptar, valorar y poner en marcha aquello que perdura dentro de esos tantos y tantos años de docencia, de reconstrucción y embellecimiento en los pequeños detalles. Debemos seguir creando ese judo reflexivo, armado en la efectividad y discreción, sin necesidad de más, y la convinción de no flojear a menos.
 
 
Admitamos que no hay secretos mágicos, ni fórmulas magistrales desde arriba, enfoquemos lo que dicta nuestro sentido común, el de las cosas bien hechas, las que llevamos cuidando y mejorando a diario en esos millones de segundos como profesores… sigamos EL PROPIO CAMINO FLEXIBLE, SIEMPRE SERÁ EL MEJOR.
 
(…)
 
Quiero mandar mi AGRADECIMIENTO Y RESPETO a cada uno de los MAESTROS Y ENTRENADORES que aún mantienen el CORAJE Y LA ILUSIÓN…A PESAR DE TODO.
GRACIAS. Vuestro ejemplo es la energía del colectivo.
 
TEXTO: ALMUDENA LÓPEZ
FOTO: GONZALO PÉREZ
 
Blog: www.judobywoman.com
 
 
#judo #maestrosdejudo #judosinvoznivoto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies