En el TED x FCTUNI Lisboa, Beatriz Martín dio una muestra de gallardía. Con mucha labia y un par de mamas -aclaro para los más curiosos- gracias a una perfecta extirpación estética. Recitó su pericia, más lejos de lo que merece, porque ya saben ustedes que nadie es profeta en su tierra.
La puerta advertía un gran espectáculo de mensajes numéricos, el escenario lucia brillantez con un foco blanco en la posición central. Al lado contrario, cientos de sillas con ganas de aguzar las orejas sobre otros modos de mirar y pensar. Hoy en día las charlas TED resuelven la ausencia de los antiguos sermones eclesiásticos con modernas tendencias que enredan, agitan y aconsejan, haya o no motivos de experiencia.
Salió al ruedo enraizó sus tacones al suelo y comenzó a sacudir su vivencia con el cáncer con la fortaleza de un árbol y embellecida carga de armonía logrando simplificar los hechos hacia la esperanza sin inducir en la pena.
Había diecisiete minutos y una buena sazón para para servir su historia. La contrariedad sinrazón la comparó con su carrera deportiva, para ella una vivencia muy pareja. Con el gesto cimbreante de un junco presentó el miedo que apareció aquel día cuando recibió la noticia. Sacudió el tronco y provocó la caída de algunas hojas de la cara de aquellos que mostramos atención en el brote de sensibilidad situado en el centro de aquel teatro, pero recordó que ella era una guerrera que celebraba batallas y así afrontó el momento.
El tema general de este TED fueron Números, ella no hablo de números, Bea fue un número más y ahora era un número menos.
Sirva la actitud, de esta gran mujer, frente a su vivencia, actualmente disuelta en anécdota, para dar más vida a terceros que no llegan a sintonizar los sentimientos en aquellos momentos donde la tormenta, o un viento repentino, provoca la caída de las delicadas flores interiores.
Texto y Fotos
Almudena López
